La historia de la cerámica en Italia
Es difícil concebir la historia de Italia sin hacer referencia al arte. A pesar de las guerras que ha vivido ese país, con su consecuente destrucción, y de los procesos históricos que han marcado su transición hasta lo que hoy se conoce como una República Parlamentaria, es la cuna de muchas culturas europeas, así como del Humanismo y del Renacimiento.
La cultura en ese país se manifiesta en todos sus Patrimonios de la Humanidad. Posee 51, lo que lo hace el país con mayor número de patrimonios en el mundo.
Hoy en día, visitar Italia es conocer el contraste vívido de modernidad y antigüedad, exhibido en todas sus ciudades y pueblos. Es la mezcla entre naturaleza y construcciones urbanas. Ninguna de las combinaciones que ofrece en todos sus paisajes escapa de la influencia de la cultura en cualquiera de sus expresiones. Llámese, música, pintura, escultura, arquitectura y, por supuesto, cerámica, tema que merece nuestra especial atención.
¿Qué es el Quattrocento italiano y cómo influyó en el arte europeo?
El término Quattrocento, que en castellano significa cuatrocientos, se debe a los años pertenecientes al siglo XV. Es uno de los períodos más importantes del arte europeo cuyo origen surgió en Italia. Se considera la primera fase del Renacimiento, lo cual marcó la transición entre la Antigüedad y la desaparición de lo medioeval.
El término también está referido a toda la producción artística que se desarrolló en Italia en el período entre 1400 y 1500; y posteriormente, en el siglo XVI, en pleno Renacimiento, que se expandió al resto de Europa.
El Quattrocento se formuló en torno a la idea de recuperación de un modelo cultural, el modelo clásico. Abarcó la primera fase del Renacimiento, de la recuperación de los valores de la Antigüedad clásica. Mientras que el Humanismo como nueva corriente tuvo como característica la valoración del arte clásico griego y romano y fue de influencia decisiva en esta evolución del siglo XV.
Una de las características del Quattrocento italiano es que fue una época en la que el país estaba organizado en estados oligárquicos. Ciudades como Florencia y Milán, por su economía próspera basada en el comercio, estaban bajo el dominio de familias aristócratas y banqueros. Las familia más conocidas eran las Médici y los Sforza.
En esta época, tanto artistas como intelectuales representantes del Humanismo optaron por superar el mundo clásico. Estp dio lugar al antropocentrismo. Esta es una corriente de pensamiento que hace del ser humano el centro del cosmos, así como de su creación humana en los campos del arte, la ciencia y la razón.
Esta fue la doctrina dominante del Renacimiento, la cual superó al teocentrismo de la Edad Media. Forma de pensamiento que supone que Dios es el centro del Universo, y por tanto lo rige absolutamente todo.
Con este período acaba la edad media, al tiempo que acaba y se empieza a valorar la antigüedad, con todo su arte clásico griego y romano; sin embargo, los nuevos artistas e intelectuales, más que imitar lo más representativo de esa época mítica, se proponen superarla.
En el Quattrocento se comienza a valorar al ser humano (humanismo), lo que da como resultado la representación de la figura del hombre como tema, se busca la perfección de las obras especialmente relacionada con la anatomía, la profundidad, las proporciones y las perspectivas de cada pieza. No hay espacio para las similitudes, sino para la fidelidad de la representación del cuerpo humano.
Durante el Quattrocento italiano los exponentes artísticos más sobresalientes en cuanto a la escultura, quienes se ocuparon de representar el cuerpo humano, fueron Donatello, Lorenzo Ghiberti; en pintura destacaron Masaccio, Fra Angélico, Sandro Botticelli, Leonardo da Vinci, Piero della Francesca, Paolo Uccello, Filippo Lippi y Andrea Mantegna; mientras que en arquitectura estuvieron Filippo Brunelleschi y Leon Battista Albe.
Cerámica en Italia, y Faenza como principal exponente de este arte
La cerámica es una forma de expresión artística que merece un capítulo aparte, pues ha sido una representación que le ha dado identidad a la cultura italiana y que ha convocado a los más destacados exponentes tanto en el pasado como en la actualidad, resaltando entre los mejores de Europa.
Además, muchos países han hecho de este arte su forma de proyección al mundo, y una referencia en el mercado que ha significado no solo una forma de hacerse de artículos ornamentales, sino la vía para conocer más acerca de una cultura.
Por eso, en la historia contemporánea se han sumado nombres de otros países de Europa, Asía y América en el desarrollo de la cerámica con notable influencia de las escuelas y de profesores de arte italianos.
Precisamente, una de las regiones de más esplendor en el trabajo artístico de la cerámica es Faenza, ciudad ubicada al norte de Italia en la Región de Emilia-Romaña, cerca de Rávena. Ambas ciudades exhiben lo mejor del movimiento ceramista de la Italia de la época del quattrocento.
Faenza tiene dos características principales en cuanto al arte: sus cerámicas de loza finamente trabajada que revolucionaron este arte que se extendió por toda Italia y el resto de Europa, y su Museo Internacional de la Cerámica de Faenza, MIC, (Museo internazionale delle ceramiche in Faenza) uno de los más importantes museos de arte en el mundo de la cerámica.
La historia por descubrir a través de la cerámica
Escultores contemporáneos y aprendices de este arte tienen la tarea obligada de visitar este museo cuyas salas exponen obras de diversos talleres de cerámica de Italia que van desde la Edad Media o Medioevo, – período de la civilización que se extendió desde el siglo V hasta el XV, y que históricamente está marcado por dos hechos relevantes: la caída del Imperio Romano Occidental y el Descubrimiento de América en 1492-, hasta los exponentes más notorios del siglo XX.
Cualquier descripción por detallada y precisa que se haga del MIC es solo un ejercicio de imaginación comparado con lo que verdaderamente se puede apreciar de la colección de piezas de cerámica que permanecen en el museo.
Desde su fundación, en 1908 representa con sus exhibiciones y colecciones a uno de los mejores museos del mundo dedicados a la cerámica, pues mantiene cerca de 60.000 piezas de cerámica, de las cuales alrededor de 6.000 se muestran en un área de exposición de 10.000 metros cuadrados.
Todas las colecciones que posee provienen de diferentes partes del mundo y representan la influencia en este arte en diferentes épocas, desde las más antiguas como la cerámica de la cultura oriental con influencia de la época prehistórica, cuya colección ostenta piezas precolombinas, secciones del Lejano Oriente, hasta las de diseño moderno y contemporáneo.
Las expresiones contemporáneas son piezas de artistas de renombre como Fontana, Burri, Leger, Chagall, Matisse, Cerone, Zauli, Melotti, Picasso, Leoncillo, Spagnulo, y muchos otros grandes maestros.
Otra área importante que aguarda en el MIC por los visitantes más curiosos e interesados en el arte de la cerámica es su biblioteca especializada, con más de 60.000 textos, así como un departamento escolar y otro de restauración.
¿Cómo aprovechar al máximo la visita a esa zona de Italia?
Faenza, además de su MIC, tiene innumerables lugares públicos e históricos relacionados con la religión y el arte que no podemos dejar de visitar, la Plaza del Pueblo (Piazza del Popolo), tiene una curiosa forma alargada rodeada de portales y galerías del palacio del Podestá, del siglo XIII, y el edificio del ayuntamiento de los siglos XIII al XV.
Otros monumentos son la catedral renacentista del siglo XV, Palazzo Milzetti, Museo Nacional de la Edad Neoclásica en Romagna; Palazzo Mazzolani, sede del Instituto Superior para la Industria Artística de Faenza, un edificio del siglo XVIII en pleno centro de Faenza que guarda hallazgos arqueológicos descubiertos en esa zona.
Además está la Basílica de Sant’Apollinare en Classe, Basílica de San Juan Bautista, la Iglesia de San Pellegrino, Iglesia de Santa Lucía, Iglesia de San Doménico, Iglesia de Sant’Umiltà, y otras tantas de diferentes tamaños, arquitecturas, y cada una con tesoros artísticos dignos de admirar. Faenza también es la cuna de la escudería Toro Rosso, un equipo de Fórmula 1 cuyo antecesor fue el equipo Minardi y que fue comprado por la marca de bebidas Red Bull.
Emilia Romaña además de historia es turismo
Pero Faenza no es lo único atractivo de la región, pues Emilia Romaña es, desde tiempos remotos, una de las regiones más pobladas de Italia, tal como lo muestran algunos hallazgos, como el Monte Poggiolo una colina que geográficamente pertenece a los Apeninos emilianos y donde se encuentra la fortaleza Montepoggiolo, donde existen miles de objetos que proceden de hace unos 800.000 años, lo que significa que esta zona ya estaba habitada en la era del Paleolítico.
Y Emilia Romaña es un lugar que alberga un sinfín de opciones para habitantes y visitantes. Su ribera adriática es conocida como la ribera de la diversión; tiene una oferta amplia para el entretenimiento, con largas playas de arena llenas de bañistas de todas las edades y de diversas procedencias, mientras las noches transcurren en la algarabía de las discotecas.
La larga costa romaña se extiende desde los lidos de Comacchio y llega hasta Cattolica, bordeando las zonas de Cervia, Cesenatico, Igea Marina, Bellaria o las conocidas Rímini, Riccione y Milano Marittima, lugares que son destinos turísticos desde hace más de 150 años por su naturaleza y la industria del turismo que cada día se reinventa para los más exigentes.
Cultura, arte y turismo en Bolonia, Módena y Rávena
Para quienes deseen seguir una ruta más cultural, artística e histórica, la bitácora debe incluir las localidades de Bolonia, Módena y Rávena.
Bolonia, capital de la región Emilia Romaña, es un paraíso que aguarda por los turistas amantes de los monumentos históricos, su Piazza Maggiore, con 115 metros de largo por 60 de ancho, desarrollada en el siglo XIII y rodeada por los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Cada año, en junio, realiza el festival de cine organizado por la Cineteca, cuyos 3.000 asientos convierten la plaza en uno de los cines al aire libre más grandes de Italia.
A unos 45 kilómetros de Bolonia está Módena, ciudad que más que vinagre y aceto balsámico tiene una serie de encantos que apreciar, como su Catedral de estilo románico y una de los más importantes de Europa, siendo, además, Patrimonio de la Humanidad.
Esta estructura tiene la Torre cívica, también conocida como torre Ghirlandina, con su campanario que mide 86,12 metros de alto, y se ha convertido en el símbolo de Módena, pues es visible desde cualquier dirección de las afueras de la ciudad. Junto con la Catedral, también fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Mausoleo, Basílicas y monumentos históricos en Rávena
En cuanto a la provincia de Rávena, esta ciudad es famosa por sus monumentos bizantinos y paleocristianos, culturas que se desarrollaron durante los primeros cinco siglos de nuestra era, lo que revela de la ciudad su transcendente papel histórico en el desarrollo de la cultura italiana.
En Rávena está el Mausoleo de Gala Placidia, el famoso sepulcro monumental de Gala Placidia, hermana del emperador Honorio, construido entre los año 425 y 430 de nuestra era, y es una de las ocho estructuras de Rávena que pertenecen a la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Además de la arquitectura, este monumento es famoso por sus lujosos mosaicos, los cuales marcan la transición entre el arte paleocristiano y bizantino, descritos anteriormente, y es el “más antiguo y mejor conservado de todos los monumentos hechos con mosaicos, y uno de los más perfectos desde el punto de vista artístico”, según los expertos de la Unesco.
El Mausoleo de Teodorico es otro monumento famoso en Rávena, situado en las afueras de la ciudad, y es la construcción funeraria más característica del pueblo ostrogodo, pueblo germánico producto de la división que vivieron los godos en el siglo III.
La construcción fue encomendada por el propio Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos y uno de los gobernantes con más poder en su tiempo (474-526). Gobernó las penínsulas itálica e ibérica, así como la Galia mediterránea y las provincias del Danubio.
El Mausoleo de Teodorico fue construido en grandísimos bloques de piedra blanquecina. Es uno de los pocos edificios que existen del pueblo ostrogodo en Italia, y, tanto la calidad de la construcción como su fortaleza, son sorprendentes. No obstante, no ha sido bien apreciado desde el punto de vista artístico debido a la simpleza de sus muros que fueron despojados de los ornatos que ostentaban inicialmente.
Otra estructura famosa por ser parte de los monumentos y estructuras de Rávena que forman la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco es la Basílica de San Apolinar, un templo cristiano que inicialmente se consagró para el culto arriano y también construido por orden de Teodorico el Grande.
Y así como todas las iglesias de Rávena pertenecientes al período imperial, ostrogodo y bizantino, también la Basílica de San Apolinar el Nuevo tiene unos mosaicos muy particulares que pertenecen a la época de Teodorico el Grande y a períodos posteriores de reestructuración, como la que se realizó para consagrar la Basílica al culto cristiano católico.
En esta ciudad, que también tiene playas extraordinarias que forman parte de la famosa costa romañola, está enterrado Dante Alighieri, autor de La Divina Comedia, una de las obras maestras de la literatura italiana y universal.
Arte, gastronomía y naturaleza en toda Emilia Romaña
En definitiva, Emilia Romaña posee reservas naturales, artísticas, culturales, arquitectónicas y opciones de entretenimiento y confort que la hacen una elección imprescindible en nuestro itinerario de vacaciones o para un escape de un par de días.
También están las ferias y fiestas que se suman a las innumerables opciones de recorridos para saborear los mejores vinos y la exclusiva gastronomía, con lo cual estaremos combinando elementos dignos de los más curiosos paladares y para satisfacer a los sibaritas más exigentes.
¿Cómo llegar a estos lugares?
En Rávena no hay aeropuerto comercial, por lo que se debe llegar por tierra. La recomendación de los expertos es llegar en avión hasta Bolonia y luego viajar en tren, por una hora y media.
Esta ciudad es pequeña y su estación de trenes está cerca del centro histórico. Por eso, lo mejor es movilizarse a pie, y así disfrutar de las bellezas históricas ubicadas en cualquier calle.
También están los autobuses ATM (Azienda Trasporti Mobilitá di Ravenna) cuyas paradas se encuentran por toda la ciudad, así como carriles de bicicleta en los que puedes movilizarte hacia cualquier parte de la ciudad pues existen oficinas de alquiler de bicis a precios módicos.
En cuanto a alojamientos y servicios existen casi 8 mil sitios donde alojarse en toda Emilia Romaña, y sólo en Rávena hay 170 tipos de alojamientos registrados que están al alcance de cualquier bolsillo.
En definitiva, Emilia Romaña es el destino ideal para los amantes del mar, del sol y la diversión y para disfrutar de su infraestructura turística equipada también para deportes.
Pero, los amantes del arte y la cultura quedarán sorprendidos ante la cantidad de monumentos que son reflejo de la inspiración y la evolución del ser humano, así como de la influencia del arte italiano en toda Europa.
Un comentario
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